El anuncio supone un alivio al clima de zozobra que experimentan al menos 500 nicaragüenses varados en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua
PEÑAS BLANCAS, COSTA RICA – Las autoridades de Migración de Costa Rica han informado que tienen previsto aceptar a los nicaragüenses que fueron rechazados por su país, pero quedó claro que este proceso dependerá de muchos factores, y que analizarán caso por caso antes de admitir a todos los migrantes que se encuentran varados en la frontera de Costa Rica y Nicaragua.
El gobierno alertó que analizará las condiciones de salida de cada persona que abandonó el país. «Por ejemplo, no es lo mismo tramitar el reingreso de una persona que es residente en Costa Rica y salió teniendo su cédula al día», explicó la Dirección de Migración y Extranjería de Costa Rica. Sobre ese caso, dicen, «lo que se hace es anular su sello de egreso».
El subdirector de Migración, Daguer Hernández, aclaró no obstante que en este momento las fronteras costarricenses continúan cerradas y ninguna persona podrá ingresar al país vía terrestre, inclusive después del 1 de agosto, salvo el caso de estos migrantes varados que previamente habían hecho su salida del país.
El anuncio se produce después de una actualización del lineamiento general para el egreso de personas viajeras hacia Nicaragua por el puesto migratorio fronterizo habilitado por el Ministerio de Salud de Costa Rica ante la alerta por COVID-19.
Esa actualización contempla que «la persona que sea rechazada por la República de Nicaragua por cualquier situación relacionada con temas sanitarios (presentar sintomatología, rechazo de la prueba de Reacción en Cadena de la Polimerosa (PCR ), u otros de ese tipo, podrá ser admitida en Costa Rica en virtud de que no se materializó el egreso».
El texto explica, no obtante, que «para ello, la persona deberá́ proceder de inmediato a solicitar la anulación del egreso y demás actos administrativos colaterales que se hayan emitido a su egreso, en la oficina de la Dirección General de Migración y Extranjería».
El anuncio supone un alivio al clima de zozobra que experimentan por lo menos 500 nicaragüenses varados en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua.
«De alguna u otra manera nosotros hemos tenido apoyo de la Fuerza Pública (Policía Civil de Costa Rica), oficiales de Migración, alguno que otro ciudadano cercano aquí que se ha puesto la mano en la consciencia, el lado humano y que prácticamente, nos han venido dar de comer», relató a la Voz de América Edward López, un nicaragüense varado y que junto a una decena de personas ha montado un campamento improvisado en las afueras de las oficinas administrativas del puesto fronterizo de Peñas Blancas, en el lado costarricense.