Con la apertura a los vuelos, además se reactivan una serie de actividades turísticas al aire libre a partir del primero de agosto
El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) informó sobre la reactivación gradual de la industria turística y uno de los primeros pasos en ese sentido será la reapertura de los vuelos comerciales internacionales procedentes de la Unión Europea a partir del 1 de agosto.
La institución por medio de un comunicado de prensa detalló que este paso se hará bajo las medidas sanitarias pertinentes.
“La recuperación del sector la realizaremos con suma prudencia y en apego a estrictos protocolos sanitarios, siempre con la convicción suprema de velar por la salud y la vida de las personas”, detalló Carlos Alvarado, presidente del (ICT).
Los vuelos procedentes de Fráncfort, Alemania y de Madrid, España, serán los primeros en llegar al Aeropuerto Internacional Juan Santamaría. En los siguientes meses también se permitirá la entrada de vuelos de Reino Unido y Canadá.
Entre los requisitos que, tanto turistas como nacionales de Costa Rica deben cumplir para ingresar al país están: el resultado negativo de la prueba PCR en las 48 horas previas al viaje; completar el formulario digital epidemiológico de la Caja Costarricense del Seguro Social, que será habilitado en distintos idiomas y adquirir un seguro de viaje que cubra alojamiento en caso de cuarentena y gastos médicos por enfermedad aguda.
De no cumplir con las normas no será permitido el ingreso.
Las reglas de el ICT incluye que los viajeros deberán portar protección facial y cumplir con el estricto protocolo de la terminal aérea respetando el distanciamiento físico, desinfección en alfombras, toma de temperatura y el seguimiento de cualquier otra instrucción sanitaria.
“Esta primera etapa de apertura a vuelos internacionales contempla menos del 1% del volumen de vuelos que el país recibía antes de la pandemia del COVID-19 (552 semanales)”, explicó el ministro de Salud, Daniel Salas.
El ingreso de turistas extranjeros fue suspendido el 18 de marzo pasado como medida para controlar los contagios de COVID-19 en el país centroamericano.